Por esta razón es muy importante conocer todo lo referido a esta operación, para logar, en todo momento, una carga adecuada al refigerante.
La baja carga de refigerante provoca:
- Una reducción de la potencia frigorifica.
- Un bajo rendimiento.
- Un aumento de la temperatura en el recinto a emfriar.
- Un reducción del rendimiento del compresor y un aumento de la temperatura de condensación, origen de una serie de consecuencias negativas para el equipo.
- Si la expansión del equipo se realiza por medio del tubo capilar, aumentara el caudal de refigerante a través del mismo. Esto provoca una mayor producción de vapor y como resultado un aumento de la presión en el evaporador.
- Esta última última esta relacionada con la temperatura de evaporación del refigerante que se incrementará. El resultado es el aumento de la temperatura del medio a refigerar.
- Un recalentamiento elevado del refigerante en la descarga del compresor lo que alcance la temperatura crítica con los problemas que esto conlleva.
- Una mala lubricación del compresor.
- En el caso de que la instalación no posea depósito recibidor de líquidos a la salida del condesador, habrá que ser más precisos en la carga de refigerante buscando introducir la cantidad exacta de refrigerante, precaución que debe ser aún mayor si tiene un tubo capilar como elemento de expasión. Estos sistemas trabajan con carga crítica de refrigerante.
- Al mismo tiempo tiempo el sistema debe quedar ajustado para garantizar la temperatura del recinto a refrigerar con la mayor eficiencia posible.
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